Tras poner fecha a su retirada de las canchas, repasamos las otras vías de ingresos que tiene el mejor deportista español de todos los tiempos

i Rafa Nadal nos ha asombrado a lo largo de los años por su inigualable talento con la raqueta, el tenista balear tiene otra faceta menos conocida donde también es un auténtico ganador. Nos referimos a su vertiente como prolífico empresario, con la que el jugador manacorí ha sabido labrarse un presente y un futuro más que halagüeño. Sus negocios fuera de las canchas se extienden por distintos sectores y reflejan a la perfección la personalidad del campeón; es decir, la de alguien que nunca se cansa y siempre quiere más.

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El vencedor de 22 Grand Slams anunciaba esta semana que por ahora se va a tomar un descanso y espera regresar en 2024 con plenas garantías, en la que prevé sea la temporada de su adiós definitivo a las pistas. Cuando llegue el momento de la retirada, Rafa se despedirá con enorme tristeza de su gran pasión pero comenzará para él una jubilación dorada; etapa en la que podrá dedicarse profesionalmente y por completo a su lucrativo holding que por ahora no parece tener límites.

Para empezar, el rey de la tierra batida seguirá vinculado al mundo del tenis con el que es su proyecto más personal y especial de todos: la Rafa Nadal Academy by Movistar. Inaugurada en octubre de 2016, el centro permite que jóvenes promesas de este deporte combinen los estudios con el entrenamiento a fin de obtener una formación integral. Esto es posible gracias a la American International School, situada en las mismas instalaciones.

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El mallorquín, que aplica a sus inversiones su propio código ético, tendría un patrimonio aproximado 250 millones de euros gracias a sus incontables logros en los torneos que ha disputado. Según Forbes, esa es la cantidad que ha amasado desde que debutó como profesional en 2001. A dichos emolumentos también añade sus jugosos contratos publicitarios con varias firmas Nike, Kia, Banco Santander, Babolat, Richard Mille y Amstel que le reportarían en torno a los 12 millones de € anuales.

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El pasado enero, el deportista anunciaba su alianza con Meliá International para crear una nueva marca de hoteles bajo el nombre de Zel. En julio abrirá el primer cuatro estrellas en Mallorca (en la zona oeste de la isla conocida como Palmanova) para luego expandirse a otros destinos en Europa, Oriente Medio, Asia y América, así hasta veinte establecimientos más durante el próximo lustro. No esta sin embargo la primera vez que Nadal apuesta por este tipo de negocio, ya que fue hace casi una década cuando comenzó a meterse de lleno en el mismo.

Entonces, el tenista se embarcó en una gran operación inmobiliaria en el Caribe mexicano, abriendo dos hoteles en Cozumel. Dentro del sector, también tiene una participación de la empresa Mabel Capital, junto a Abel Matutes y Manuel Campos Guallar. A través de esta sociedad, el tenista es propietario del residencial de lujo Villa de París en Madrid, un selecto edificio de viviendas premium situado en el centro de la capital. No solo eso, sino que Mabel se encuentra detrás de productos audiovisuales como los docu-realities de Georgina Rodríguez y Tamara Falcó para Netflix.

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Aspemir, la sociedad de cabecera del imperio de Rafa, obtuvo un beneficio de 11,4 millones de euros en 2021, un 102% más que el ejercicio anterior, según las últimas cuentas presentadas por este holding en 2021. Entre las compañías que controla, la administradora única es la madre de Nadal, Ana María Parera, y el apoderado su padre Sebastián Nadal. Precisamente, cuando el tenista se retire, ya no tendrá que delegar tanto en ellos.

Los negocios de Nadal también incluyen la restauración, que gestiona a través de la sociedad filial Mabel Hospitality. En concreto es dueño del exitoso grupo Tatel, con locales en Madrid, Ibiza, Doha, Beverly Hills o Bahreinuy cuyos socios son nombres de la talla de Pau Gasol, Enrique Iglesias o Cristiano Ronaldo. Por otro lado, Rafa sorprendía el pasado noviembre con su involucración en el mundo de los perfumes que le ha llevado a aliarse con la firma Henry Jacques para lanzar tres fragancias, dos masculinas y una femenina, esta última creada por su mujer Mery Perelló.

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Rafa Nadal no ha descuidado nunca ampliar su miras profesionales hacia otros terrenos que conjugan bien con sus intereses. El jugador leyenda de 36 años, que atraviesa por una etapa de cambios importantes a nivel personal tras el nacimiento de su primer hijo, sumaba recientemente un nuevo proyecto a su currículum no tenístico. El campeón balear se convertirá en propietario de un equipo en el UIM E1 World Championship, el primer campeonato mundial de barcos eléctricos cuyo organizador es Alejandro Agag, yerno del expresidente José María Aznar.

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Que Rafa se haya embarcado -nunca mejor dicho- en esta aventura no hace sino reflejar su pasión por el mar desde que era pequeño, algo que él mismo quiso subrayar: “Estoy muy ilusionado por participar en algo que valora la sostenibilidad y tendrá un impacto positivo en las comunidades costeras”, dijo al respecto. “También me atrae su misión de preservar los ecosistemas marinos, una buena noticia para nuestros océanos”, añadía.

En 2022, Rafa Nadal desveló igualmente su entrada en el universo de los NFT a través de Autograph, la plataforma del legendario jugador de fútbol americano Tom Brady. Se unía el tenista español a otros deportistas de élite como Serena Williams, Usain Bolt o Tiger Woods en esta industria sobre la compraventa de propiedad de artículos digitales únicos, algo parecido al título de posesión de una obra de arte.

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Por último, cuando ya no tenga que viajar por todo el planeta, Rafa también podrá volcarse aún más en la Fundación que lleva su nombre y dirige su esposa, cuya labor gira en torno a tres líneas de acción: integración social de menores vulnerables, atención a jóvenes con discapacidad intelectual y promoción del talento académico y deportivo tanto en España como en la India.