Victor Larkhill y su equipo de rescate recibieron un reporte de un perro grande que se debilitaba durante el día debido a la falta de agua y comida y estaba atrapado en un basurero.
Parecía haberse rendido porque se le estaban cayendo los dientes de la boca y su cuerpo estaba cubierto de moretones y cortes. Como resultado, los rescatistas decidieron cambiar su vida para siempre.
A Maya le dieron agua y comida y la llevaron de inmediato al veterinario, donde le diagnosticaron anaplasmosis y ehrlichiosis, dos trastornos asociados con parásitos y piojos.
Poco a poco comenzó a recuperarse a medida que comenzaba su tratamiento. Su desarrollo fue tan impresionante que fue adoptado. ¡Qué hermoso final!